Esta técnica en los últimos años ha tomado popularidad, ya que sirve como complemento de una buena fertilización de base realizada al suelo.
Hoy en día no se concibe la explotación agrícola sin una adecuada fertilización que permita obtener del suelo toda la capacidad productiva dentro de las limitaciones que imponen las condiciones climatológicas en cada caso.
Según el Dr Cakmak, profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Naturales de Universidad de Sabanci, Estambul, en Turquía. Los reportes de deficiencias ocultas de nutrientes en los cultivos son más comunes de lo que se pudiese esperar. Estas podrían provocar un descenso productivo de entre un 10 y 15%. Eso, sin que se observen síntomas visibles de deficiencias de nutrientes, y es que esta ‘deficiencia oculta’ suele manifestarse en sistemas de cultivo de alto rendimiento y también bajo programas de nutrición desbalanceados.
La aplicación de fertilizantes foliares es clave para evitar esa ‘deficiencia oculta’. Señala que la deficiencia de magnesio es un buen ejemplo de ello, la que puede ser inducida por una alta fertilización potásica, por el cultivo de variedades de alto rendimiento, por una disminución de la absorción de magnesio del suelo (especialmente en suelos ácidos y ricos en aluminio) o una exposición de las plantas a calor y a alta radiación.
Si bien es cierto que existen varios mitos sobre esta técnica, lo más recomendable será que puedas realizar pruebas y ensayos antes de tomar alguna decisión para tus cultivos.